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“Te invitamos a festejar el día que no es del niño… ¡Pero que es tu día!”
Y entre las camas de los internos se escuchaba como empezaban a hacer lo suyo… “Abuelita, pon el despertador para que no nos quedemos dormidas”
“¡Ya me bañé desde que amaneció!”
“No empiecen sin mí, me apuro a desayunar, pero no empiecen sin mi”
La alegría fue la primera que llegó a sentarse, muy atenta para comenzar la función. Bienvenidos niñas y niños, damas y caballeros, sillas y camillas, al único, al sin par, al fabuloso Hospital Juárez de Méxicooooo.
La algarabía se mezclaba entre las sonrisas de los invitados mientras coreaban las historias que nos regalaba la guitarra gritona de Gabriel Contreras, (rebautizado por Juan de 7 años como “El señor de los ojos con sonrisa”) Aplausos, uno que otro movimiento de cadera y hartísimo jolgorio abrazaron rítmicamente el corazón de pequeños, medianos y enormes que estábamos en el festín.
En el segundo acto del Niño fest los espectadores muy atentos recibían la voz de los libros. ¡Sí, los libros hablan! 3 personajes se habían escapado de los cuentos para llegar a contar las historias. Los Narradores salvajes fueron los encargados de llevarnos de viaje. Entre niños brincamos, con vacas jugamos, combatimos con piratas y junto con el lobito estudiamos. Niños, papás, enfermeras, residentes, voluntarios y anexos tanto de hospitalización como de ambulatoria externa, sentían que su imaginación revoloteaba loca de contenta al escucharlos narrar.
La mañana daba pasos muy pequeñitos para dejarnos disfrutar de otra realidad, esa en donde las agujas no existen, ni las medicinas, mucho menos los miedos, ni el dolor. Realidad que envuelve el alma y la apapacha sin parar.
El invitado estrella se preparaba para el tercer acto. Con un sombrero imaginario y una capa imaginaria el Abuelito del Juárez entregó los primeros obsequios a cada paciente. Eso sí, siempre desde su nave galáctica imaginaria.
El público atento buscaba en dónde la había estacionado. Miraba de izquierda a derecha, de abajo hacia arriba… hasta que la encontraron, ahora con más tripulantes, Leer Contigo y sus voluntarios de color azul filipina.
¿Se llevarían a todos en la nave para el planeta imaginario?
No hubo oportunidad de cerrar de otra forma el Niño fest, al final, los corazones fueron los protagonistas del evento. Fue así como transcurrió nuestro día del niño. Festejando a esos pequeños que semillas son y que mientras ellos nos lo permitan, seguiremos regando su ser para que germine el alma.
Sara Cobela
Coordinadora de ludoteca HJM.