La importancia de leer con los hijos

LA LECTURA SE CONTAGIA

Muchos de nosotros hemos visto en las redes sociales o conocemos a algún bebé que imita a su mamá/papá “hablando” (balbuceando) por el celular. Lo mismo sucede si les leemos un libro y se los damos. Ellos “leerán” con balbuceos el libro en cuestión, haciendo tonos y ademanes que aprenden de la observación de sus mayores.

Leer es dar significado, descifrar, no necesariamente letras, también se leen imágenes, señalamientos, números, jeroglíficos, etc., por lo que al acercar los libros a los niños en la primera infancia (0-5 años), ellos aprenderán a dar significado a lo que observan.

       Decía Albert Einstein, “educar con el ejemplo no es una manera 
       de educar, es la única”. Los niños aprenden por imitación y los 
       primeros a los que copian en sus acciones y actitudes son a los padres y a los familiares que les rodean.

Si como padres, cuidadores o cualquier adulto que esté a cargo de niños pequeños, nos tomáramos un tiempo como parte de la rutina diaria a leer con los hijos, o como parte de las actividades a realizar en familia desde la primera infancia, se obtendrían grandes beneficios como los que detallaremos en este artículo.

LECTURA EN LA PRIMERA INFANCIA (0-5 AÑOS)

En la primera infancia, los niños están en pleno desarrollo emocional e intelectual y a pesar de que no tienen la capacidad para aprender lecto-escritura, el acercamiento a los libros ayuda a desarrollar su vocabulario, enriquece su lenguaje, ayuda a formar su personalidad, a conocer el mundo y descubrirse reflejado en él.

A pesar de que el infante no hable todavía, el mirar imágenes, descubrir formas, colores, texturas, y “hasta sabores” -para pequeñitos que están aún en etapa oral- ayuda al desarrollo lector, pues como se dijo anteriormente, LEER ES DAR SIGNIFICADO y favorece la capacidad de razonamiento a edades tempranas.

Es importante tener un lugar, un espacio y un tiempo especial en el que el niño se identifique con esa actividad. Dejar los libros a su alcance y que sean especiales para su edad, con pocas imágenes, mucho colorido, imágenes grandes, materiales no tóxicos y que aguanten la manipulación tosca de niños pequeños.

Debemos cuidar que ese espacio lector sea realmente especial: fuera de distractores, teléfonos, peligros o riesgos para el infante, que sea un lugar iluminado y cómodo, en el que la lectura provoque tal placer que invite a una nueva reunión de gozo total y que el niño identifique ese tiempo que se le dedica a él y al libro (los personajes principales en esta actividad).

La lectura, y por ende los libros, no deben ser impuestos. Se debe dejar elegir libremente, como se elige un juguete, una comida, un dulce o un amigo. A esta edad, los niños eligen lo primero que es atractivo para su vista, por lo que los libros deben ser de colores llamativos, con pocas imágenes y poco texto, esto va aumentando según la edad. Tener los libros a la vista y al alcance del pequeño facilita la elección.

La lectura puede ir acompañada, enriquecida y ampliada con nanas o canciones de cuna, juegos, y comentarios derivados de la lectura, de esta manera provocará en el niño un ambiente de diversión, seguridad y relajación, que amplía el conocimiento de su nuevo mundo.

La lectura debe hacerse en voz alta, ir siguiendo el texto con el dedo y señalar las imágenes, para que el niño vaya comprendiendo que las letras y las imágenes tienen un significado y que se lee de izquierda a derecha.

“LEER ES DAR SIGNIFICADO

y favorece la capacidad de razonamiento a edades tempranas.”

Algunos de los beneficios que encontramos al leer con nuestros pequeños:

- Desarrollo de lenguaje comprensivo y expresivo

- Estimula la imaginación

- Amplía el conocimiento

- Mejora la comprensión del mundo

- Ayuda al autoconocimiento

- Al escuchar una historia, se refleja y recrea en ella

- Disfrutar y divertirse a través de las historias

- Provoca un mutuo conocimiento y descubrimiento entre padres e hijos

Con todo esto, vale la pena hacer un espacio en nuestra ajetreada agenda para leer con nuestros hijos, ¿no lo cree usted?

por Claudia Bravo

Narradora Oral desde hace 15 años, promotora de lectura y escritura, locutora, actriz de doblaje independiente, asesor humanista y colaboradora en Leer Contigo.